Hay dos grandes filtraciones entorno a los papeles de Panamá. Por un lado la filtración de los datos (el verbo to leak en inglés) que obtuvo una fuente anónima de los servidores de Mossack Fonseca y luego entregó al diario Suddeutsche Zeitung, quien lo compartió con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación
(ICFJ por sus siglas en inglés). Por el otro, la labor de filtro y
verificación que realizaron cientos de periodistas a nivel mundial para
presentar esta información (to filter). El filtro depende de la
filtración y la filtración sería solo ruido sin un filtro. Parece un
juego de palabras, pero en esencia es la diferencia entre buen y mal
periodismo.
Filtrar no (necesariamente) es malo
En México, como en muchos otros países de Latinoamérica, estamos acostumbrados al periodismo de trascendidos.
Todos los grandes diarios tienen al menos una columna que se dedica a
publicar información de fuentes anónimas. Trascendidos. Filtraciones.
Generalmente son columnas que no se firman, o las firman seudónimos.
Otras veces son periodistas famosos los que usan sus espacios para
exponer información que nadie sabe quién les dio ni por qué. A veces es
información que realmente sucede o se confirma. Muchas veces no. ¿Cuál
es la diferencia entre este tipo de pseudo periodismo y los
#PanamaPapers? El filtro. Una columna de trascendidos se presta para la
mentira, la propaganda política, la manipulación y el engaño. Filtrar
información sin filtrar la información es como dar de beber agua de la
cañería.
Usar una filtración de información como fuente de un
texto periodístico no es algo reprobable por sí mismo. Hay grandes
investigaciones basadas en filtraciones: Watergate, los papeles del
Pentágono, el caso PRISM, los papeles de Wikileaks, etc. El gran reto
siempre ha estado en verificar la información filtrada. Procurar que
sean una fuente más de la investigación y no la información en sí misma.
Hay que ponderar las causas que puede tener la fuente para filtrar la
información, procurar no servir de propaganda para una causa particular,
verificar que la información sea fidedigna, etc.
Aunado a todo
esto, los grandes volúmenes de datos filtrados imponen un nuevo reto al
periodismo. Filtrar más de 2.6 terabytes de información no es cosa
fácil. Se trata de más de 11.5 millones de documentos entre mails,
imágenes, archivos de texto, bases de datos, etc. Encontrar información
valiosa en esa cantidad de documentos es como encontrar agujas en un
pajar. Luego permanece el reto de analizar la aguja, verificar que sea
real, ponerla en contexto y generar una investigación coherente.
Filtrar en la era digital
Tal como lo expone Enrique Dans,
el aspecto tecnológico y logístico de esta investigación es un caso de
estudio en sí mismo. A este experto en negocios y medios digitales, lo
que más le llamó la atención “fue la dimensión y la complejidad del
proyecto tecnológico que supone el análisis y la explotación de una
cantidad de información tan masiva, un reto tanto desde el punto de
vista de arquitectura de sistemas, como de organización o herramientas”.
Su texto Analizando los Panama Papers como proyecto tecnológico
desmenuza los pormenores de cómo se construyó la gran base de datos que
después dio pie a las investigaciones periodísticas. No solo
tecnología. No solo periodismo. No solo colaboración. Las tres cosas
juntas e inseparables.
A mi parecer eso es lo más loable de las
investigaciones sobre los papeles de Panamá. No se trata de un
periodista aislado buscando curiosidades en una base de datos robada. Es
un equipo interdisciplinario, internacional y plural de periodistas de
investigación que se tomó su tiempo para verificar la información y
ponerla en contexto. Son cientos de periodistas profesionales buscando
agujas en un pajar. Si dos cabezas piensan mejor que una, entonces 376
periodistas, de 109 medios, de 76 países deben hacerlo mucho mejor. El
reto sigue siendo enorme, pero es un mejor acercamiento que el de las
reprobables columnas de trascendidos.
Así lo expresó Diego Fonseca,
periodista especializado en economía, en una publicación en Facebook:
“¿Qué me impacta de #PanamaPapers? Documentación, no especulación.
Periodismo, no opinionismo ni artificio lingüístico para llenar el
vacío”.
Visión similar a la de James Breiner,
otro periodista experimentado en economía y emprendimientos digitales:
“El significado de Panama Papers y Swissleaks para el periodismo es que
ahora la profesión está alcanzando la habilidad de los expertos fiscales
que aprovecharon las barreras fronterizas y culturales para esconder
sus fortunas, obtenidas legal o ilegalmente”.
Seguramente habrá cada vez más filtraciones (leaks)
a medios debido a la dinámica de la Web, la crisis del capitalismo
global y los procesos de democratización a nivel internacional. El reto
del nuevo periodismo de filtraciones es poner énfasis en los filtros y
no dejarse llevar por la información filtrada. Filtrar las filtraciones.
Pasar del Leak journalism al Filter journalism. En otras palabras, hacer buen periodismo de verdad.
Nota sobre el papel de Panamá en los papeles de Panamá:
El
Colegio Nacional de Periodistas de Panamá ha publicado un comunicado
con una preocupación justa y legítima: La firma Mossack Fonseca no solo
opera en Panamá y los documentos filtrados dan cuenta de cientos de
empresas offshore en muchos otros países. De tal forma que
decir que es un caso exclusivo de ese país es falsear la verdad y
contribuir a estigmatizar a esta nación centroamericana. Es cierto que
hay muchos casos en Panamá, pero no es el único país con tal problema.
“Como
Periodistas y representantes del Colegio Nacional de Periodistas de
Panamá (CONAPE) no dejamos de sufrir en carne propia el uso del nombre
de nuestro país en una investigación, que entendemos como profesionales
del periodismo, pero donde no aplaudimos el uso del nombre “PANAMÁ”,
cuando la información que compila el documento gira en torno a las
actuaciones de un bufete de abogados que tiene oficinas en varios
países.
Se ha creado todo un estigma internacional alrededor de
nuestro país (incluyendo hasta el uso indebido de nuestra bandera para
remarcar la ‘procedencia’ de los documentos), que difícilmente podremos
quitarnos de encima, pero que en momentos como este, es cuando las
mentes preclaras, de todos los sectores, debemos unir esfuerzos para
sacarlo adelante con dignidad, pues no tenemos por qué sentir vergüenza
de algo que como panameños no hemos hecho”.http://www.gatopardo.com/opinion/jorge-tirzo/panamapapers-nuevo-periodismo-filtracion/
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