Aprendimos a cuestionar los modelos políticos establecidos desde 1958 descubrimos de manera grotesca que algunos factores de La Fuerza Armada Nacional FAN) no respondía a la estirpe heroica de nuestros libertadores además, vimos con estupor como PDVSA , en el fondo, sólo pertenecía a un grupo selecto de la mesocracia y a una élite que respondían a intereses extranjeros: nos toco, al igual que en otros tiempos ,asumir –evocando a Julio Cortazar- que la casa, Venezuela , estaba tomada. De manera abrupta despertamos de un letargo perfectamente inculcado para no ver las injusticias y desigualdades sociales.
El conformismo se nos fue
dado no como una alternativa sino
como la única opción en la vida.
La “la crítica” quedó emplazada al conjuro del os
intelectuales y su retórica sin práctica.
Loa grupos sociales que resistían, fueron abolidos, se les violaron sus derechos y en el pero de los casos, algunos de ellos –haciéndole el juego a la trampa de la resignación- se inmolaron cuando vieron caer estupefactos el primer ladrillo del Muro de Berlín.
No cabe la menor duda que los venezolanos hemos tenido pulsiones en los últimos 20 años que nos han ubicado en una etapa de reflexión sobre el presente y futuro de Venezuela. En el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez (1989-1993) el pueblo le conoció de forma soez e inhumana el rostro a l poder imperante; el neopopulismo hizo mella al acicalar sus barbas con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Los hijos y “Amos del Valle” padecieron un soponcio crónico cuando las barridas de Caracas se convirtieron en centro telúrico de la verdadera resistencia y desobediencia civil, la cual fue atacada a mansalva por aquella FAN que cumplió cabalidad las lecciones impartidas en la otrora sanguinaria Escuela de las Américas
Loa grupos sociales que resistían, fueron abolidos, se les violaron sus derechos y en el pero de los casos, algunos de ellos –haciéndole el juego a la trampa de la resignación- se inmolaron cuando vieron caer estupefactos el primer ladrillo del Muro de Berlín.
No cabe la menor duda que los venezolanos hemos tenido pulsiones en los últimos 20 años que nos han ubicado en una etapa de reflexión sobre el presente y futuro de Venezuela. En el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez (1989-1993) el pueblo le conoció de forma soez e inhumana el rostro a l poder imperante; el neopopulismo hizo mella al acicalar sus barbas con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Los hijos y “Amos del Valle” padecieron un soponcio crónico cuando las barridas de Caracas se convirtieron en centro telúrico de la verdadera resistencia y desobediencia civil, la cual fue atacada a mansalva por aquella FAN que cumplió cabalidad las lecciones impartidas en la otrora sanguinaria Escuela de las Américas
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