miércoles, 8 de febrero de 2017

la Escuela de Toronto

Por qué se consideran relevantes los investigadores de la Escuela de Toronto para el pensamiento actual sobre la comunicación?
http://blogcriticoisabellasamur.blogspot.com/2013/08/la-escuela-de-toronto.html
La Escuela de Toronto nace a finales de los años cincuenta en Canadá. Está conformada por profesores investigadores del campo que convergen en la literatura clásica griega. Esta Escuela se fundó a partir de varios ejes de aportes que permitieron que se desarrollara con el tiempo y se lograra como una teoría de la comunicación para el entendimiento de las transiciones entre la oralidad y la escritura como herramientas fundamentales del campo del conocimiento y la interacción de las masas con respecto a la aparición de las nuevas tecnologías. El primer eje se centra en un acercamiento a la transición entre la oralidad y la escritura, que manifiesta al alfabeto como la primera tecnología que asecha el ser humano. Existe también, una transición tecnológica en la comunicación humana; una relación entre el tiempo y el espacio que da origen a la ecología mediática, que explica cómo las mediaciones convergen una misma unidad. Como punto final, se explica la comunicación como la principal herramienta que permite estructurar la cultura y formar la mente humana. Esta disciplina se caracterizó por sus tres principales pensadores, quienes a partir de una relación, formaron un círculo de comunicaciones que actúa sobre el pensamiento actual.

Eric A. Havelock fue un experto en literatura clásica y filosofía. Su aporte en la Escuela de Toronto llevó a pensar que la mayor destreza del hombre se manifiesta a través del manejo de las lenguas maternas. Él se centró en la oralidad y la escritura y estudió cómo esta trascendió sin tener que incluir los modelos tecnológicos como base de su pensamiento de la comunicación. 

Las lenguas maternas son hoy en día un arma poderosa que ha permitido la comunicación entre las masas sin tener que acceder a los nuevos sistemas que se crearon bajo la Revolución Electrónica, logrando así explotar el alfabeto como la primera tecnología y la única consistente para lograr la interacción entre individuos. Havelock, a diferencia de algunos otros pensadores de la época, se inclinó por las corrientes canadienses que evitaban el uso de la tecnología y se focalizaban únicamente en las técnicas de oralidad y escritura con el fin de explotar las fortalezas más ávidas del ser humano sin tener que recurrir a otro tipo de tecnologías para la información y la comunicación.

Harold Innis fue un economista, historiador y político de los años cincuenta y sesentas. El principal centro de su investigación se basaba en la siguiente pregunta: ¿cuántos intereses económicos y políticos hay en los medios?. Su respuesta sugería la aparición de los modos de expresión simbólica como lo son el dinero y el poder y manifestó las extensiones tecnológicas de la mente y la conciencia a partir de la cultura y la civilización, creando una amenaza por parte del imperio tecnológico americano para el consumo. Sus aproximaciones teóricas planteaban que las ideologías sociales y culturales son llanamente transmitidas a través de los medios; determinan el poder, que se destaca como una cuestión de control del tiempo y el espacio como factores simultáneos que trabajan mediante la inclusión de las nuevas tecnologías que permiten la rapidez de la información pero no garantizan su comunicación óptima. Desde su perspectiva, la imprenta y la comunicación electrónica centraliza la cultura y por el contrario, la oralidad y el manuscrito la descentraliza. El poder, en este caso, es un arma letal pues a mayor concentración del poder, mayor influencia sobre la sociedad.

El tercer profesor que conformó la Escuela de Toronto fue Marshall McLuhan, un filósofo y crítico literario. Él explica la naturaleza de los medios como influyente en la visión y la transformación de la sociedad y la cultura. McLuhan es pionero en el estudio de los medios electrónicos que tomaron protagonismo justo después del estallido de la Revolución Eléctrica. Este pensador, por su parte, propone una teoría más holística y radical; más global pues pretendía encontrar una relación constitutiva entre la cultura y la tecnicidad. Propone el término de "Aldea Global" para explicar que la información puede ser transmitida de un lugar a otro para crear una interrealción entre las masas; ahora no solo se puede vivir en mundos separados, sino simultaneamente en varios extremos que diferentes culturas e ideologías. Se basó en aproximadamente siete principios fundamentales que conformaron su visión hacia las tecnologías y su relación con la sociedad. Afirma, por un lado que la comunicación conduce al monopolio, y que los cambios tecnológicos transforman las condiciones culturales de la sociedad.  Se guía, además, por un determinismo tecnológico y rompe con la visión de Laswell, quien hace parte de teoría conductista fundacionalista. Afirma que existe un cambio social y un avance conforme se van desarrollando las nuevas tecnologías de la información, y que realmente, somos una imagen de lo que vemos y los medios nos forman y más tarde, los formamos.

A pesar de que las aproximaciones de Havelock cumplen un papel importante en el desarrollo de la comunicación, Innis y McLuhan han estudiado las transformaciones que corroboran al pensamiento actual sobre la comunicación con más profundidad. Hoy en día, las tecnologías y los medios generan un fuerte impacto en las sociedades y sus cambios pues al tener el monopolio del poder, influyen en las masas y en las ideologías de las mismas.

 Los intereses económicos y políticos, planteados por H. Innis son, en la actualidad, el principal problema que rodea nuestra sociedad. La concentración del dinero y el mandato social han hecho parte del desarrollo cultural de nuestro círculo social y por esto, nos vemos influenciados, día a día, por los medios que desempeñan un poder, o una relación de superioridad con nosotros, los espectadores pasivos que conformamos una sociedad. 

Las teorías de Havelock, aun cuando no carecen de importancia, develan un modelo mucho más antiguo pues preservan las lenguas y la escritura como la herramienta más importante del ser humano que aunque hoy en día, esto no es en vano, con el desarrollo tecnológico, estos conceptos y disciplinas han perdido su fuerza dado la aparición de nuevos medios de comunicación que permiten la rapidez y la manipulación mental a través de la transmisión de ideologías y formas de pensar que mueven a la mayoría de las masas. 

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